A mi Padre

De la mano de mi padre,
caminé por mundos enteros.
De la mano de mi padre,
sin salir del cuarto trastero.
Con el, todo lo grande era diminuto,
con el, no había yo de tener miedo.
De la mano de mi padre cuando yo era pequeño.
Me agarraba y a los árboles me subía.
¡Qué emoción!
¡Cuantas aventuras yo vivía!
De la mano de mi padre,
que orgullo yo tenía.
Cuando de las manos de mi padre iba,
la gente me saludaba,
en brazos me cogían,
y a mi padre le decían :
¡Que hijo con más alegría!
De la mano de mi padre,
yo siempre sonreía.
Al ir creciendo, yo altura ganaba,
y mi padre, se quedó como estaba.
Pasó el tiempo y ahora recuerdo,
¡Qué feliz era!
De la mano de mi padre,
nunca tuve problemas.
En estos momentos mi padre va envejeciendo,
y es ahora cuando yo lo cojo de su mano,
pequeña, delgada y débil.
¡Como cambian las cosas!
Más cuando salgo a pasear,
sigo sintiendo orgullo,
pues mi padre es mi padre,
y yo sigo siendo hijo suyo.
Hoy sali a dar una vuelta,
sin embargo fue con mi hija,
y recuerdo, y la miro, y me observa, y me dice:
¡Papá! ¡Qué bien me siento, cuando voy de la mano contigo!
Para ella soy, un escudo grande y protector,
como lo fué mi padre.
Si, le contesto, hija mia,
ahora cuando a la casa del abuelo lleguemos,
dile cuanto lo quieres,
dale tu pequeña mano,
para que el vuelva a sentirse alegre y contento,
pues así ha sido siempre mi padre,
un hombre con unas manos enormes,
y un corazón bueno.


A mi padre con amor